Que hay tantas bodas diferentes como personas que se casan es un hecho que ya me he encargado de constatar durante todo el tiempo que llevo haciendo este tipo de reportajes. Las hay más clásicas, más modernas… y luego las disruptivas que no encajan ni en un sitio ni en otro.

Con Julia (compañera y amiga) y Simón (amigo y ex-vecino), pasa un poco esto último: que no te puedes fiar. Y si bien la ceremonia civil fue ya un tanto atípica, fue lo único «normal» del resto de la celebración.

Una boda urbana donde prescindimos de coche nupcial para darnos un agradable paseo por el metro de Madrid, luego nos paramos a ver libros en la Cuesta de Moyano y terminamos el recorrido por el barrio de Huertas hasta llegar al HUB, donde teníalugar el convite, completamente de cocktail. Por supuesto no faltó un fotocall bastante en la línea del resto de elementos y para terminar una clase de zumba que nos puso a todos a tono.

Como remate final, Julia y Simón cogieron el micro y se dejaron llevar…